Blog dedicado a mis habituales vicios y fobias: música, guitarra, historia, cine, libros, viajes...
miércoles, diciembre 09, 2009
viernes, octubre 30, 2009
Poema de Keita Fodeba
Era el amanecer. La pequeña aldea que había danzado durante la noche al son de los tam-tam despertaba poco a poco. Los pastores semidesnudos y tocando la flauta conducían a los rebaños hacia el valle. Las muchachas armadas de canarios, se perseguían por el tortuoso sendero de la fuente. En el patio del morabito, un grupo de niños canturreaba en coro versículos del Corán.
Naman, cuya imponente estatura y apariencia muscular elogiaban cada noche las muchachas en coplas armoniosas, fue designado de oficio. La dulce Kadia, su joven esposa, conmovida por la noticia, dejó de repente de moler, puso el mortero en el granero y, sin decir palabra, se encerró en su choza para llorar su desgracia entre sollozos ahogados. La muerte le había arrebatado a su primer marido y no podía concebir que los Blancos le arrebataran a Naman, en quien descansaban todos sus nuevas esperanzas.
Un día por fin llegó a la aldea una carta de Naman dirigida a Kadia. Ésta, preocupada por la situación de su esposo, fue esa misma noche, tras penosas horas de camino, a la cabecera de la región donde un traductor leyó la misiva.
Naman estaba en África del Norte, con buena salud y pedía noticias de la cosecha, de las fiestas, de las danzas, del árbol de las conversaciones, de la aldea...
Esa noche, las comadres permitieron que la joven Kadia asistiera, en el patio de las más ancianas, a sus pláticas acostumbradas de la noche. El jefe de la aldea, contento con la noticia, ofreció un gran festín a todos los mendigos de los alrededores. Pasaron todavía varios meses y todos volvieron a estar ansiosos porque no se sabía nada de Naman. Kadia pensaba ir de nuevo a consultar al mago cuando recibió una segunda carta. Naman, después de Córcega e Italia, estaba ahora en Alemania y se felicitaba por haber sido ya condecorado. Otra vez fue una simple carta informando que Naman había caído prisionero de los alemanes. Esta noticia pesó mucho sobre la aldea. Los Ancianos celebraron consejo y decidieron que Naman quedaba autorizado para danzar el Douga, esa danza sagrada del buitre que nadie baila sin haber realizado una acción importante, esa danza de los emperadores malinkés cada uno de cuyos pasos es una etapa de la historia de Malí. Fue un consuelo para Kadia ver cómo elevaban a su marido a la dignidad de los héroes del país.
Pasó el tiempo...Pasaron los años... Naman seguía en Alemania. Ya no escribía.
Un buen día, el jefe de la aldea recibió de Dakar un mensaje que anunciaba la próxima llegada de Naman. En seguida vibraron los tam-tams. Se bailó y se cantó hasta el amanecer. Las muchachas compusieron nuevas tonadas para la recepción porque las antes le estaban dedicadas no decían nada de Douga, esa célebre danza del Mandinga.
Pero, un mes más tarde, el cabo Moussa, un gran amigo de Naman, dirigió esta trágica carta a Kadia: 'Era el amanecer. Estábamos en Tiaroye-sur-Mer. En una gran contienda contra nuestros jefes blancos de Dakar, una bala traicionó a Naman. Descansa en tierra senegalesa'.
Efectivamente, era el amanecer. Los primeros rayos de sol apenas rozaban la superficie del mar, doraban sus pequeñas olas encrespadas. Al soplo de la brisa, las palmeras, como asqueadas por ese combate matinal, inclinaban suavemente sus troncos hacia el océano. Los cuervos, en bandadas ruidosas, venían a anunciar a los alrededores, con sus graznidos, la tragedia que ensangrentaba el alba de Tiaroye... Y, en el azur encendido, precisamente encima del cadáver de Naman, un gigantesco buitre planeaba pesadamente. Parecía decirle: '¡Naman! No bailaste esa danza que lleva mi nombre. Otros la bailarán
jueves, octubre 29, 2009
jueves, octubre 22, 2009
jueves, octubre 08, 2009
Eric Bibb
You might slip, you might slide
You might stumble and fall by the roadside
But don't ever let nobody drag your spirit down
Remember you're walking up to heaven
Don't let nobody turn you 'round
Walk with the rich, walk with the poor
Learn from everyone, that's what life is for
And don't let nobody drag your spirit down
Remember you're walking up to heaven
Don't let nobody turn you 'round
Some say yes, some say no
Some wait and see which way the wind blows
But don't you ever let nobody drag your spirit down
When we're walking up to heaven
Don't let nobody turn you 'round
Well, I might say things that sound strange to you
And I might preach the gospel, I believe it's true
I won't let nobody drag my spirit down
Yes, I'm walking up to heaven, people
Won't let nobody turn me 'round
You might slip, you might slide
You might stumble and fall by the roadside
But don't ever let nobody drag your spirit down
Remember you're walking up to heaven
Don't let nobody turn you 'round
miércoles, octubre 07, 2009
Las personas y la música
También creo que uno afina más cuanto mayor es su conocimiento de las personas. Cuando eres adolescente te gustan cosas que luego de adulto reconoces con cierto sonrojo, pero que sin duda forman parte de tu proceso de aprendizaje. Uno no llega a John Coltrane de forma directa muy a menudo. Y por eso es fácil que si conoces a Neil Young sepas quién es Melendi, pero hay mucha gente que conoce a Melendi pero no sabe quién carajo es Neil Young. Cuando eres adolescente pasas gran parte de tu tiempo intentando que te admitan en pandillas de gente que tiempo después defines como “boba”. Supongo que es importante buscar y aprender.
A veces te pones un disco de Madonna (es un ejemplo) para hacer el tonto, porque como dice la biblia hay un momento para todo. Pero admitámoslo, lo que realmente te hace vibrar, lo que te pone la piel de gallina no es eso. Una vez que Anour Brahem te toca la fibra no hay vuelta atrás. Puedes tomarte unas cañas con esos “amigos” que conociste el otro día y pasártelo bien, pero lo que te hace encontrarte contigo mismo es una excursión a un hayedo maravilloso un domingo por la mañana.
Creo que en estos tiempos que vivimos la gente tiene miedo de la profundidad. Porque te hace vivir la vida más intensamente, y eso conlleva dolor. Sin embargo el dolor forma parte de la vida, igual que la tristeza y la alegría. Pero “lo normal” es decir que el sábado estuviste con esos amiguetes hasta las mil y te cogiste un pedo indecente mientras escuchabas a Shakira. Lo “anormal” es madrugar el domingo para ir de excursión escuchando a Glenn Gould.
Supongo que es más fácil ponerse a Estopa en el coche y no pensar mucho.
miércoles, septiembre 23, 2009
jueves, septiembre 10, 2009
martes, septiembre 01, 2009
Clerembault en Youtube
viernes, agosto 28, 2009
martes, agosto 11, 2009
Crisol de Cuerda 2009
miércoles, julio 22, 2009
miércoles, julio 01, 2009
viernes, junio 19, 2009
miércoles, junio 17, 2009
martes, mayo 19, 2009
lunes, mayo 18, 2009
Mario Benedetti (1920-2009)
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
hoy está más allá
de las nubes que elige
y más allá del trueno
y de la tierra firme
demorándose viene
cual flor desconfiada
que vigila al sol
sin preguntarle nada
iluminando viene
las últimas ventanas
lento pero viene
las últimas ventanas
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
ya se va acercando
nunca tiene prisa
viene con proyectos
y bolsas de semillas
con angeles maltrechos
y fieles golondrinas
despacio pero viene
sin hacer mucho ruido
cuidando sobre todo
los sueños prohibidos
los recuerdos yacentes
y los recién nacidos
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
ya casi está llegando
con su mejor noticia
con puños con ojeras
con noches y con días
con una estrella pobre
sin nombre todavía
lento pero viene
el futuro real
el mismo que inventamos
nosotros y el azar
cada vez más nosotros
y menos el azar
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
lento pero viene
lento pero viene
lento pero viene
miércoles, mayo 13, 2009
Vasili Grossman - Vida y destino
vestimenta ceñida mediante una cuerda, estaba sentado sobre su cabalgadura de pelo largo y desde
la colina contemplaba la estepa. Era viejo y su cara parecía de piedra.
Darenski llamó al viejo y, tras ir a su encuentro, le ofreció su pitillera. Éste, girando de golpe
todo su cuerpo sobre la silla, con la vivacidad de la juventud y la reflexiva lentitud de la edad
madura, se volvió a mirar la mano que le tendía la pitillera; luego la cara de Darenski, luego la
pistola colgada al cinto, los tres distintivos de teniente coronel y sus elegantes botas. Entretanto, con
los finos dedos oscuros, tan pequeños y delgados que se podría haber dicho tranquilamente que
pertenecían a un niño, tomó un cigarrillo y le dio vueltas en el aire.
El rostro de pómulos prominentes, duro como la piedra, del viejo calmuco se transformó por
completo y, entre las arrugas, dos ojos buenos e inteligentes escrutaron a Darenski. Y la mirada de
esos viejos ojos marrones, al mismo tiempo escudriñadores y confiados, ocultaba algo espléndido.
Darenski, sin razón aparente, se sintió alegre y cómodo. El caballo del viejo que había tensado
hostilmente las orejas mientras Darenski se aproximaba se calmó de improviso, apuntó hacia él una
oreja curiosa, luego la otra, después sonrió con su morro de dientes grandes y con unos ojos
maravillosos.
—Gracias —dijo el viejo con un hilo de voz.
Pasó la palma de la mano sobre el hombro de Darenski y añadió:
—Tenía dos hijos en la división de caballería. El mayor —levantó la mano ligeramente por
encima de la cabeza del caballo— está muerto, y el pequeño —bajó la mano ligeramente por debajo
de la cabeza del caballo— es ametrallador: tiene tres medallas —luego le preguntó—: ¿Tienes
padre?
Mi madre todavía vive, pero mi padre está muerto.
—Ay, eso es malo —movió la cabeza el viejo, y Darenski comprendió que el viejo no se había
entristecido por cortesía, sino de corazón, al enterarse de que el coronel ruso que le había ofrecido
un cigarrillo había perdido a su padre.
De improviso el calmuco lanzó un grito, agitó la mano en el aire y galopó colina abajo con una
gracia y una velocidad extraordinarias. ¿Qué estaría pensando mientras galopaba a través de la
estepa? ¿En sus hijos? ¿En que el coronel ruso que se había quedado junto a su coche averiado
había perdido a su padre?
Darenski siguió el impetuoso galope del viejo y en las sienes no era la sangre lo que le latía, sino
una única palabra: libertad, libertad, libertad.
Una envidia irrefrenable hacia el viejo calmuco se apoderó de él.
martes, abril 28, 2009
miércoles, abril 15, 2009
lunes, abril 13, 2009
martes, marzo 17, 2009
Van Morrison - And the healing has begun
