viernes, agosto 01, 2008

Primera parada: el Naranjo de Bulnes

Se cumple el centenario de la ascensión del Naranjo de Bulnes por el Marqués Pedro Pidal y Gregorio Pérez, alias "el cainejo". Ahi va un fragmento de un escrito del Cainejo acerca de la ascensión:

"A otro día por la mañana batieron la tienda, pues como el día antes, camino de Peña Santa, habíamos hablado de ir a hacer una tentativa al Naranjo de Bulnes y quedamos concertaos en eso, era preciso madrugar. Cargamos los caballos, apartamos lo necesario para
nosotros, y les dice a los dos señores y aun mozo que les acompañaba:

-Bueno, si ustedes me permiten yo me marcho por aquí con Gregorio, a hacer la ascensión al Naranjo de Bulnes, si nos es posible; bajan con esto a Covadonga y a Cangas, entregan esta tarjeta al señor Dosal, que me remita un coche a la Hermida para el dia 7.

Nos despedimos y echamos a andar espalda con espalda. Bajamos a Ustón y al rio de Cares; alli almorzamos, pasamos el rio de Cares por un pontigo, emprendimos al Monte Llue arriba, que tiene una legua de largo; subimos a la Collada de Cerrado, tomamos el fresco un rato, pues desde alli a la Majada de Camburero, que teniamos que ir a dormir, todo era adelante en traviesa y casi por sombra. En la Majada de Orande, en una cueva que tiene una fuente, comimos y bebimos y alli mandamos razon por un pastor de Bulnes, a Inocencio, que subiera de mañana a Camburero, que ibamos a ver si eramos de subir al Naranjo, para que nos ayudase algo; pero como le diero el aviso tarde, no subio. Echamos a andar, deseoso D. Pedro de dar vista al Naranjo, pero como Camburero está metido en un hoyo como media legua por bajo del Naranjo, hasta no llegar cerca no se nos ponia a la vista or donde nosotros íbamos; llegamos a un alto en cima de Camburero, y ya se nos presentó el pico cortao, liso y derecho por tres costaos; sacó D. Pedro los antiojos y de alli examinamos por onde pudiéramos embestir, dao caso que por lo que víamos de allí pudiéramos subir a un descanso que nos presentaba menos de a la metá del pico.Bajamos a la majada; nos preguntan los pastores el objeto de ir por alli sin escopetas; se lo hemos dicho y dicen ellos:- Bien atrevidos los hubo en Bulnes y los hay también, y nunca subió arriba nadie; pero es que ni los rebecos tampoco.Pero nosotros, confiaos en nuestras mañas y nuestra buena cuerda, teníamos confianza.A otro dia, que era el 5, esperamos un poco por Inocencio; viendo que no venía, echamos a andar, almorzamos bien en una fuente al pie del mismo pico, le damos una vuelta y vemos que por el costao que mira al Norte podríamos subir al descanso que decíamos por la tarde.

Dije:- Bueno; quédese usted aquí; ahora voy a subir yo allá arriba si puedo y pasar a la horcada que víamos ayer, que de alli ya se ve y registra de alli para arriba.Me descalcé a pie puro, lo dejé alli con la morrala debajo de una piedra; embisto la peña; fui pasando subiendo llastralezas y pasos medianos; perdi de vista a don Pedro por tener que atravesar hasta la horcada que deciamos alli; me senté y lo registre bien: se vían unos saltos y unos canalizos que no me pareció tan malo como resultó; volví atrás hasta llegar a la vista de mi compañero, y le digo a D. Pedro:

- ¿Sabe Vd. que no se me hace tan malo como lo ponian? Se me figura lo peor de ahí aquí; y marchó hacia donde yo estaba, con tanta arrogancia como si fuera a subir por un valle arriba; le mande que se asentara y esperase alli hasta que yo bajara onde estaba él para ayudarle, que era muy malo todo aquello; así lo hizo; bajé onde estaba él y nos amarremos bien uno por cada punta de soga; como yo estaba ya descalzo, mis pies pegaban bien a la peña, pero también ú mejor pegaban las alpargatas de D. Pedro. Fuímos subiendo poco a poco hasta una llambria que había que travesar bastante pendicular y sin agarradero ninguno; pase yo delante y con la cuerda favorecí a D.Pedro, y pasó también; entonces me dijo D. Pedro:- Sabes que esta lúcia de peña se parece aquel sitio que pasemos el año pasado , cuando ... "

Vaya tipo el Cainejo. Subía descalzo y como casi todos los de Caín, su vida estuvo ligada a la muerte por despeñamiento, pues varios familiares y conocidos fallecieron de esa manera. en la foto es el de la izquierda. El de la derecha es Marcelino Garrandi.

Curiosamente, el Cainejo y el marqués subieron utilizando una cuerda que compraron expresamente en Londres por su calidad

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