País: Francia
Dirección y guión: Alexandre de La Patellière, Mathieu
Delaporte
Música: Jérôme Rebotier
Patrick Bruel, Valérie Benguigui, Charles Berling, Guillaume
de Tonquedec, Judith El Zein, Françoise Fabian
En un típico piso parisino con muchos metros (todos ellos
ocupados, en este caso por un sinfín de libros), y recordando un poco a Polanski
en "Un dios salvaje" se reúnen
para cenar por un lado Elisabeth y Pierre (pareja dueña del piso), Claude,
amigo íntimo de Elisabeth y Vincent, el hermano de ella. Vincent está en el
mejor momento de su vida y esperan a que llegue su pareja Anna, la cual está
embarazada. Para aligerar la espera Vincent les propone que adivinen el nombre
que le van a poner al retoño. Al revelarles que el nombre elegido será Adolph,
que se pronuncia igual que Adolf, ocasionará un terremoto de proporciones
impredecibles. Sus amigos (en especial Pierre) se oponen radicalmente debido a
las connotaciones nazis del nombre, y tras la llegada de Anna se producirán una
serie de revelaciones que les harán pasar por diversas fases de enfados, alegrías,
tristezas y reconciliaciones.
La película tiene momentos muy graciosos dentro de la típica
tradición de comedias francesas al estilo de "La cena de los
idiotas", aunque en determinados momentos flojea un poco, tal vez pecando
de un metraje un poco excesivo. Aun así no llega a hacerse pesada, y mantiene
la sonrisa en la cara del espectador. Merece la pena verla, y eso teniendo en
cuenta que la subida del IVA hace que si antes para ir al cine había que pensárselo
y ahora hay que pensárselo más todavía, no es decir poco.
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